Bienvenidos

Me las prometía muy felices aquel día cuando escribía que pronto estaría el niño tostándose al sol de verano. Al día siguiente de publicar mi último post, nos informaban que tras la prueba que le acababan de hacer,  habían comprobado que la complicación diagnosticada dos semanas atrás era mucho más importante de lo esperado. Se dice pronto pero hemos pasado más de ocho semanas en el hospital La Fe de Valencia, teniendo que esperar al 3 de septiembre para poder traernos al niño a casa donde se está recuperando junto a sus hermanos y para alegría de sus papás sorprendentemente bien.

La enana de la casa nació el 27 de agosto en medio de un gran despliegue logístico familiar y emocional. Es preciosa y un poco mezcla de todos. Come mucho pero duerme menos de lo que ella quisiera por culpa del derroche de amor de sus hermanos.

Y desde que estamos todos juntos, ya han pasado cuatro semanas. El tiempo se me va de las manos. Tengo la sensación de no parar ni un momento y no conseguir llegar ni a la mitad. Estoy feliz, me encuentro genial y siento que me sobra energía, aunque os aseguro que si cierro los ojos aquí, en mi escritorio y frente al ordenador, antes de que pasen dos minutos estaré profundamente dormida en esta misma postura.

Y mientras intentamos volver a la normalidad y averiguo en qué momento del día me sobra un hueco para retomar este blog, he querido pasarme por aquí para dar la bienvenida al mundo a mi Princesica, y desear una feliz vuelta a casa a mi Angelico. 

Nota: Gracias a todos por vuestros comentarios de apoyo que tanto necesitaba en aquel momento.