Soy muy pesada con los tacos. No me gustan. Pienso que nuestro vocabulario es muy rico como para tener que usar muletillas malsonantes constantemente. No me gusta que mis hijos los usen y ellos saben que no deben decirlos.
Pero ayer, disfrutando del momento parque que tanto me gusta, hablaba con una amiga que tiene niños un poco mayores que los míos. Comentábamos la pre-adolescencia, lo desorientadas que estábamos (sobretodo yo) y lo mucho que nos quedaba por aprender. Como ella va por delante, yo le pregunto de todo y escucho sus experiencias con muchísimo interés.
Pues bien, en esta conversación, me contó que hacía unos días su hijo de once años trató de contarle algo que le había ocurrido. En ese momento el niño estaba muy exaltado y según describía lo que había ocurrido, se le fueron escapando las formas y las palabrotas. Me contó que sin darse cuenta, corrigió constantemente al niño y que al rato, su hermana que lo había visto y oído todo, le preguntó si se había dado cuenta de que no había parado de llamarle la atención, y le hizo ver que al final no se había enterado de lo que le quería decir el chico. Se había ido sin contárselo.
Estuvimos hablando de lo pesadas que podíamos llegar a ser las mamás y que a veces somos demasiado intransigentes y si hay público delante muchísimo más. Esta mamá me contó, que había llegado a la conclusión de que habría sido mucho mejor escuchar a su hijo contar la historia tal y como él la sentía, y que pasado un rato podría haberle dicho que entendía todo lo que le había pasado y cómo se sentía, pero que intentara hablar en otro tono y con otras palabras, sobretodo si se estaba dirigiendo a ella.
Gracias M. José por compartir tus experiencias conmigo. Con tu permiso, comparto ésta con los demás.
Nota: Mañana empiezo con EL RETO!! Creo que estoy preparada,...
Yo también lo he sido y lo sigo siendo, y sin embargo, cuando no estoy delante, dicen cada burrada :(
ResponderEliminarCuando la niña era más peque, era tal mi "obsesión", que le regañaba cuando salía del cole diciendo "fulanita es tonta, porque...". Me pasaba como a tu amiga, y además intentaba justificar la conducta de la otra niña (o niño). Lo único que conseguí fue que mis propios hijos me echaran en cara que siempre defendía a los demás y nunca a ellos. Y con respecto al "tonto", una pedagoga nos dijo en una charla que si, que era una palabra "fea", pero que servía a los niños para expresar su enfado al salir del cole, y no debíamos reprimirles por eso. Así que ahora, delante de mí, no les dejo decir barbaridades, pero "expresarse libremente", lo intento.
¡¡¡Buena suerte con el reto!!! Yo por el momento no me veo ni con fuerzas. A ver si te inspiras y nos cuentas algo para no repetirles las mismas cosas mil veces (en el mismo minuto y sin conseguir que obedezcan).