Compartimos?

Ver escapistas corriendo por el salón, habitaciones y pasillos se repite últimamente en casa mucho más de lo que yo quisiera.

Me explico, mi cada vez menos Destroyer  lleva una temporada rescatando todos los coches, aviones y barcos que hemos ido atesorando estos años, para después arrastrarlos como puede por todos los rincones de la casa. Cuando encuentra un espacio adecuado, pone todos los vehículos en fila y escoge uno de ellos para pasearlo por el sofá, sillas, mesas y mobiliario en general de nuestro hogar. Verlo es una gozada, yo suelo interrumpir mi lectura pacífica para observar su juego desde el sofá mientras tomo una buena taza de café bien caliente. Es entonces cuando uno de los hermanos, atraídos por lo bien que se lo pasa, se acerca a la fila de los vehículos para coger uno. Da igual si ha pedido permiso para hacerlo o no, la respuesta es siempre negativa. Todo es suyo. Así que si todavía están a tiempo, enganchan más fuerte el juguete que habían cogido y se largan corriendo. El pequeño sale detrás con la boca abierta para gritar, llorar, morder o para todo a la vez. Llegados a este punto, yo ya me he perdido y no entiendo nada en qué consiste el juego.

En mi empeño para que el niño entienda que compartir no es tan malo y que incluso a veces puede ser divertido que otra persona sea partícipe de su juego, he hecho el siguiente plan de acción:

Que en la pared de mi cocina queda así:

Cada vez que comparta un juguete, habrá que felicitarle y decirle lo orgullosos que estamos de él. Entonces nos acercaremos a colorear el primer coche del color correspondiente. La satisfacción de ver lo bonito que ha quedado el mural cuando todo esté coloreado será la recompensa.

Le ha encantado. Bueno, le ha encantado a todos. De hecho me han rogado que idee otro para el resto!!

Nota 1: Enhorabuena Blanca, tienes un niño precioso!! Bienvenido Nicolás!!
Nota 2: Es una pena mamá, pero no te creas mucho la escena en la que aparezco yo. Está un poco decorada.

Buen finde!!