Soy sólo una mamá feliz de cuatro varones y ahora también una niña, que desespera y disfruta educando cada día. En este blog, quiero contar tanto los trucos que me han servido como los que no, así como aquellos que me han contado y que aunque no los haya puesto en marcha, me han parecido prácticos, divertidos o al menos curiosos.
miércoles, 17 de julio de 2013
Un recado para los mayores
Con esto que hoy os cuento estoy en proceso. Pero en proceso LENTO LENTO.
La idea es mandarles a hacernos un pequeño recado a algún establecimiento cercano a casa. Nosotros vivimos en una zona residencial de un pueblo cerca de Alicante capital. A menos de cinco minutos andando hay un Mercadona y por fin me he animado a mandar a partir de este verano a los dos mayores (8 y 9 años) de vez en cuando a comprarme alguna pequeña necesidad.
Para poder llevarlo a cabo hay que asegurarse que conocen el lugar y que saben parar en semáforos y salidas de vehículos de las urbanizaciones y comercios vecinos.
Inicialmente podemos pedirles que nos acompañen al supermercado y una vez ahí encargarles que cojan el arroz, el gel que usamos en casa o las galletas que más les apetezcan mientras nosotros esperamos en la carnicería.
El siguiente paso podría ser pedirles que te compren alguna cosa necesaria mientras esperas en el coche. Hay que tener un poco de paciencia, porque tardan mucho para dos cosas y además es posible que no escojan el tomate, la pasta o los garbanzos que sueles usar, así que no desesperes y felicítales aunque lo traigan todo al revés.
Finalmente, provisiona a tu hijo de spray antiagresión, móvil con el 112 marcado, zapatos con punta de acero, la lista de la compra y un poco de dinero. Manda al niño al supermercado y empieza a rezar todo lo que sepas. Intenta no llamar cada tres minutos para ver que todo está en orden y cuando llegue sano y salvo a casa, asegúrate de que respira entre abrazo y abrazo.
Aunque Mimaridín no se cansa de decirme que nadie va a querer llevarse a nuestros hijos y que si por alguna remota casualidad esto ocurriera, nos lo devolverían a los dos días, aunque sé que hoy en día sobreprotegemos demasiado a los niños, yo soy de esas personas que sufre y deja rienda suelta a la imaginación pensando en las terribles maldades que pueden ocurrirles a mis hijos si dejo de mirarlos. Así que entenderéis que me está costando MUCHO MUCHO MUCHO.
te lei ayer, y no sabia muy bien que decir, quizas mis hijas maduraron demasiado pero ellas van y compran solas o cogen el autobus solas, y me surgio la duda que quizas son demasiado pequenas?y yo una madre aceleradora de etapas...ains que nervios me han entrado
ResponderEliminarun beso guapa
Qué va Rachel!, haces bien.
ResponderEliminarSoy yo, que me cuesta un montón! Me tengo que forzar un poco,...
Me parece una buena práctica pero yo seguro que habría llamado ya al móvil antes de que saliera de casa.... Creo que esperare a que tenga 15 años!
ResponderEliminarGanas no me faltan a mi también, y escusas encuentro miles,..
EliminarQué valiente eres, Laura!! Bravo!!!
ResponderEliminarSí, bueno, ojalá,..
EliminarYo con Mateo con dos añitos todavía no me planteo estas cosas, pero creo que seré como tú, porque nuestros mejores amigos tienen dos niñas de 11 y 14 años y cuando los padres han dejado ir a la pequeña de campamento, yo nerviosísima y llamando a la madre todas las noches para que me confirmase que la princesa estaba sana y salva!!!
ResponderEliminarAyyyy cuánto tengo que espavilarme madre!!!
Me he reido mucho con la entrada.
Un saludo, Lara (Con Olor a Bebé)
Jajaja, tu eres de las mías. Te va a costar te va a costar,...
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